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MI PRIMER DÍA EN LA COCINA

El viernes el grupo de Capacitación Laboral fuimos al taller de cocina a la casa de la juventud.

Antes de ir estuvimos comprando los ingredientes que necesitábamos para hacer nuestra tortilla francesa y los huevos rellenos.

A mí me gustó mucho porque fue la primera vez que hacia una tortilla francesa.

A pesar de que tenía miedo al fuego me salió bien la tortilla,

para ser mi primera vez no está nada mal.

Lo que me salió regular fueron los huevos rellenos,

pero poco a poco lo iré haciendo mucho mejor todo es practicar.

Fue una mañana en la que yo me sentí muy a gusto y muy contento.

Porque hice yo solo la tortilla francesa y para haberla hecho yo me quedo muy rica.

Lo vuelvo a decir, el taller me ha encantado.

En mi casa se pusieron muy contentos y me dijeron que aprendiera todo lo que pueda.

Porque aprender a cocinar es una experiencia única

porque cocinas tu y no te lo tienen que hacer.

Pero primero quiero aprender y luego cuando haya aprendido

pues ya hacerlo yo.

Me gustaría que para el próximo día que vayamos a cocina
hiciéramos cosas sanas que no engorden.
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Expertos «cocinillas»: Nuestro taller de cocina

El pasado viernes, comenzamos con el taller de cocina.

La actividad la inauguró el grupo de transición a la vida adulta, que ya llevaba días preparando desde el aula todos los detalles (recetas, utensilios…)

Para empezar, elegimos dos recetas la mar de prácticas: tortilla francesa y huevos rellenos.

Recetas sencillas y muy ricas.

En primer lugar, cogimos todos los bártulos y nos dirigimos hasta el supermercado, con la lista de la compra ya preparada, allí buscamos los ingredientes idóneos para realizar nuestras primeras recetas. Buscar el mejor producto, comparar precios, elegir posibles ingredientes… ¡Y al carro!

Cuando llegamos a cocina, investigamos bien el espacio para ponernos manos a la obra cuanto antes.

En primer lugar, nos lavamos las manos, nos atamos bien el delantal, desinfectamos el espacio que íbamos a utilizar, preparamos nuestro kit de cocina y cuando estaba todo listo ¡nos pusimos manos a la obra!

Comenzamos preparando una tortilla francesa, ya que nos iba a servir de almuerzo.

Ya sabéis, batir los huevos, pizquita de sal, aceite bien caliente y…. ¡a la sartén!

Muy pendientes para que la tortilla ni se pegase ni se quemase. ¡Y qué pedazo de cocineros!

Todas las tortillas salieron perfectas.

Después de un merecido descanso (y un buen picoteo) comenzamos a preparar nuestro segundo plato: huevos rellenos con atún y mahonesa.

En primer lugar, pusimos los huevos a cocer, estando atentos para que se hicieran bien.

Cuando terminaron de cocer, los escurrimos y los dejamos enfriar.

Mientras los huevos se enfrían, comenzamos a preparar el relleno.

Cogimos una lata de atún, lo escurrimos, lo desmigamos y le echamos una cucharada de mahonesa.

Como los huevos ya se habían enfriado, los pelamos y los partimos a la mitad.

Tocaba sacar la yema, ¡y aquí se aprovecha todo! Así que utilizamos las yemas para dar mas consistencia al relleno.

Cuando está todo bien mezclado: atún, yemas y mahonesa podemos rellenar los huevos. ¡Cuidado! No debéis apretar mucho el huevo cuando lo sujetéis para rellenar, ya que puede romperse.

¡Y listo! Más rápido y sano imposible.

Ahora toca practicar en casa…e ir pensando en las próximas recetas.

CRÓNICA DE COCINA DEL GRUPO DE TRANSICIÓN A LA VIDA ADULTA